Dichos trabajadores pelearon mucho para que se haga valer la jornada laboral de 8 horas diarias de trabajo para así dedicar más tiempo a las labores del hogar y el cuidado de la familia; es por esto que en 1829 se formo un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas.
Esta solicitud fue negada es por ello que los trabajadores advirtieron que si no era escuchada su petición harían una huelga para exigir ese derecho.
El 1º de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro, en esta huelga murieron 6 trabajadores y una decena resultaron heridos.
En la actualidad, muchos países conmemoran esa fecha como el origen del movimiento obrero moderno, en 1954 el papa católico Pío XII apoyó tácitamente esta jornada de memoria colectiva al declararla como festividad de San José Obrero. Últimamente se viene denominando a este día como Día Internacional del Trabajo.
A lo largo del siglo XX, los progresos laborales se fueron acrecentando con leyes para los trabajadores, para otorgarles derechos de respeto, retribución y amparo social. En la última década del siglo esos progresos retrocedieron bajo la influencia del neoliberalismo.
En Ecuador esta fecha se celebro con marchas en cada una de las provincias predominando Pichincha y Guayas en las cuales decenas de trabajadores marcharon para hacer valer sus derechos laborales y celebrar el hecho de que trabajan mucho para el sustento de sus hogares y familias, pero no todo fue dicha en este día.
Esta celebración tiene un fondo político pues atravesamos por una fuerte campaña por la consulta popular el 7 de mayo, es por eso que movimientos políticos se tomaron estas marchas como suyas promoviendo el voto tanto por el Sí y por el NO.
Lamentablemente existieron desmanes por un lado los trabajadores apegados al Gobierno Nacional y los de la oposición quienes con gritos de “VOTEN NO” pretendieron causar disgustos a la marcha.
Nuestro país debe acoger una cultura mas pacifista, es decir saberse ubicar en el tiempo y espacio de las cosas, saber que existe un momento y un lugar para realizar las campañas políticas y no dañar una celebración q no les competía a ellos.
Gracias a las labores de cientos de trabajadores los países y continentes tienen producción y riquezas es por ello que los gobiernos deben valorar el trabajo humano y sobretodo remunerar justamente la labor de los que “sudan la frente” cada día por el sustento.
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